El diputado y presidente del Congreso de Guatemala, Alvaro Arzú Escobar, busca reelegirse para un período más y lo hace haciendo uso del «nombre de Dios» y se autoproclama, «un diputado como Dios manda», algo que no ha sido del agrado de la mayoría de guatemaltecos.
Con unos afiches que muestran su rostro y adornado con los colores del partido Unionista, Arzú, se «vende» como el mejor de los diputados guatemaltecos y se jacta en decir que es un diputado tan perfecto y completo, que es «como Dios manda».
Muchos guatemaltecos han condenado esta mala práctica y piden a los políticos que no mencionen a Dios solamente por querer ganar más adeptos y votos para las elecciones.