Hace cuatro años, miles de guatemaltecos votaron con la esperanza de un cambio de un sistema corrupto y la desigualdad social, pero hoy la situación es más difícil y el país más corrupto.
El Estado, tiene un Gobierno débil y capturado por las élites, que contribuyen aumentar aún más la división entre unos pocos que tienen grandes privilegios y una gran mayoría de población excluida, alejada de cualquier símbolo de igualdad de oportunidades.
Según el estudio “Entre el suelo y el cielo”, realizado por Oxfam-Guatemala, recoge un análisis multidimensional de la desigualdad en dicho país e indica que hay una desnutrición fiscal crónica, además un sistema de corrupción que no le permite arrancar del suelo, al contrario permite que el 1% de los más ricos ganen el equivalente a los ingresos de la mitad de la población.
Al final, dicho estudio recomienda: “la sociedad guatemalteca, población y los responsables políticos y económicos, necesitan actuar ya y arrancar el “ascensor de la movilidad social”, para que se acorte la distancia entre el suelo y el cielo en el que viven todos los habitantes que día a día luchan por salir de la pobreza y corrupción que afecta al país.